jueves, 24 de enero de 2008

WORAUF WIRD GEWARTET

Seitdem 09.10.07 sind mehr als drei Monate vergangen. An diesem Tag wurde der Pfarrer Christian von Wernich von einem Gericht in La Plata, Argentinien, wegen seiner Beteiligung an Verbrechen gegen die Menschlichkeit verurteilt.
Damals hat die argentinische Bischofskonferenz in einer Pressemitteilung jegliche "institutionelle Verantwortung" für die Taten des verurteilten Pfarrers abgelehnt und darauf hingewiesen, daß die Verbrechen in der "persönlichen Verantwortung" des Verurteilten liegen würden. Der Bischof von 9 de Julio (das Bistum in dem von Wernich tätig war), Martin de Elizalde, bat um "Vergebung" im Namen der Kirche für die Verbrechen des Pfarrers. "Zu gegebener Zeit wird die Kirche, nach den Bestimmungen des Kirchenrechtes, über die Situation von Christian von Wernich entscheiden", versicherte der Bischof.
Heute sitzt zwar der Folterpfarrer zwar in Haft seine Strafe ab, aber er genießt immer noch alle Privilegien und Rechte eine katholischen Pfarrers. Anscheinend ist weder für den Bischof von 9 de Julio noch für die Leitung der katholischen Kirche Argentiniens der Zeitpunkt gekommen, um die Entscheidungen der ordentlichen Justiz über die begangenen Menschenrechtsverletzungen innerhalb der Kirche umzusetzen.
Entweder glaubt die Kirchenleitung, daß während des Prozesses nicht die Wahrheit ans Tageslicht kam und das Gericht ein politisches Urteil gefällt hat oder sie denkt, und das wäre noch schlimmer, daß die Taten des ehemaligen Kaplans und Berater des "Schlächters von La Plata" Ramon Camps, stehen in keinen Widerspruch zur Kirchendoktrin.
Beide Argumente entbehren jeder Grundlage. Von Wernich hatte einen fairen Prozeß nach den Regeln des Rechtsstaates, etwas was seinen Opfern nicht gegönnt wurde. Die Anzahl der Fälle in denen der Pfarrer wegen seiner Beteiligung an Menschenrechtsverbrechen verurteilt wurde, entnimmt der zweiten Behauptung auch jeder Glaubwürdigkeit.
Die argentinische Kirchenleitung wird nicht müde das "Recht auf Leben" jederzeit und überall zu verteidigen. Deshalb muß man sich fragen: Worauf wartet sie noch, um von Wernich auch innerhalb der Kirche zu verurteilen? Und falls es schon geschehen ist, warum wird diese Tatsache nicht der Allgemeinheit bekannt gegeben? So schlimm wie seine "Straflosigkeit" innerhalb der Kirche wäre die Zurückhaltung bei der Veröffentlichung eventueller Maßnahmen gegen den verurteilten Pfarrer innerhalb der Institution.
Die Zeit vergeht und der Skandal, der durch die Taten des Pfarrers von Wernich verursacht wurde, breitet sich immer mehr aus. Auch wenn die Bischöfe die "persönliche Verantwortung" des Verurteilten hervor heben, wirkt sich ihre Passivität als ein Schatten auf die gesamte katholische Kirche des Landes.
Wann wird die "gegebene Zeit" kommen von der Martin de Elizalde sprach? Wird das Kirchenrecht die Entscheidungen der weltlichen Justiz in Frage stellen? Eine Antwort auf diese Fragen wäre sowohl für die Katholiken wie für die allgemeine Öffentlichkeit Argentiniens hilfreich.
Weil sich sonst, zur Scham jedes christlich denkenden Menschen für die Taten von Christian von Wernich, die Empörung über das Schweigen der Kirchenleitung gesellen würden. Ein Schweigen der mühelos als Komplizenschaft mißverstanden werden kann, von einer Kirchenleitung die weder zum Zeitpunkt der Taten noch danach, ihrer Verantwortung gegenüber der Gesellschaft anscheinend gerecht werden will oder gerecht werden kann.

Quelle: Pagina 12, 21.01.08
Übersetzung und Zusammenfassung: R.Frankenthal

sábado, 19 de enero de 2008

Chaco pidió perdón por una masacre de aborígenes

Se realizó un homenaje a la única sobreviviente del exterminio, una mujer de 107 años
EL GOBIERNO DE ESA PROVINCIA SE DISCULPO POR LA MATANZA DE 400 INDIGENAS EN 1924
Por: Sergio Schneider
Melitona Enrique, en el día de su cumpleaños número 107, no debe haber entendido mucho. El mismo Estado al que en su juventud vio asesinar, empalar y mutilar a su familia y a cientos de indígenas más, le pedía perdón y le rendía un homenaje. Fue el miércoles, con un acto en el que el Gobierno chaqueño pidió disculpas públicas y oficiales por la masacre de Napalpí, una brutal matanza de unos 400 aborígenes ejecutada en 1924.Melitona, que entonces tenía 23 años, se salvó escondiéndose en el monte durante varios días, sin comida ni agua. Hoy es la única sobreviviente que continúa viva. En dialecto qom, aún recuerda aquello. "Los cuervos estuvieron una semana sin volar, porque seguían comiendo los cadáveres", relata. Ella y otros miraban, escondidos entre los árboles de un monte próximo, porque los policías seguían rondando.El acto de reconocimiento a Melitona se hizo en Machagai, su ciudad. A quince kilómetros de allí fue la masacre. "Todavía se le caen lágrimas; ahí vio morir a los abuelos, los tíos, mucha gente", dice Sabino Yrigoyen, hijo suyo. La anciana recibió también una casa nueva, y todo el pueblo le cantó una canción en la plaza por su cumpleaños. Luego siguió un festival.La masacre se organizó para reprimir una huelga aborigen que reclamaba que el trabajo en las cosechas se pagara con dinero y no con vales de comida sobrevaluados. Los indígenas, concentrados en un campo a la espera de una respuesta, fueron ametralla dos sin aviso previo por aire y tierra. No se distinguió entre niños, mujeres, adultos o ancianos.La orden fue dada por el gobernador Fernando Centeno, cuyo cuadro fue retirado el mes pasado del salón de mandatarios de la Casa de Gobierno del Chaco. Los caciques fueron castrados y empalados junto a sus hijos; las mujeres, violadas y mutiladas a machetazos, y el resto fusilado a mansalva. Algunos jerarcas policiales conservaron testículos y orejas a modo de trofeos.Melitona ya casi no camina, pero conserva una lucidez y un humor asombrosos. Luego del pomposo acto oficial para entregarle su nueva casa y ya liberada de la lluvia de fotos, le dijo a Clarín, traducción mediante: "No sé si me va a gustar. Voy a probar dos semanas. Si no me gusta, voy a volver con mi hija". Las comunidades indígenas, en realidad, esperan algo más que ceremonias. La Corte Suprema ordenó el año pasado a la provincia y al Estado nacional que detengan el "silencioso exterminio" que imponen el hambre y la marginación de tobas, wichís y mocovíes. "Esto es un gesto voluntarioso, pero hay que resolver también el Napalpí que vino después", dijo el periodista y escritor Pedro Solans, autor de un libro sobre la masacre. "Todavía no hay un programa claro de salvataje de las comunidades", dijo Rolando Núñez, del Centro de Estudios Nelson Mandela.En la plaza del pueblo, el wichí Leco Zamora leyó una poesía en honor de Melitona. Decía: "Tus lágrimas regaron nuestras vidas/derribaste los muros que nos separaban de los otros/Enséñanos a mostrar nuestro mundo ignorado/Es tiempo de maduración de la algarroba, el mistol y el cielo/enséñanos a andar abrazados, enséñanos a encender el gran fuego/Cuando emprendas tu vuelo, no nos olvides".
http://www.clarin.com/diario/2008/01/18/sociedad/s-03305.htm